5. Momentos difíciles: convivir con fumadores

Si vives con fumadores, tendrás que pactar con ellos. Ya lo habéis hecho en otras ocasiones: tenéis establecidos horarios y lugares de comidas, por ejemplo. En esta ocasión, llegad a un acuerdo sobre las zonas de la casa donde se puede fumar.

Pactar normas de convivencia te permitirá seguir adelante con tu iniciativa sin limitar la libertad de las personas con las que vives.

Si trabajas con fumadores, trata de pactar también con ellos. En el trabajo puedes ocupar tu boca con agua y caramelos, pero ¿cómo ocupar las manos y la mente?

Las manos
Puedes tener entre las manos un boli, un llavero, un anillo... cualquier cosa o amuleto para "enredar" entre los dedos.

La mente
No pienses en el tabaco ni en "lo que te apetece fumar," ni en lo bueno que estaba, ni en cosas similares.
Por el contrario debes empezar a pensar: "¡Qué bien, ya no fumo!".
Ahora que no fumas puede pensar más claramente sobre el daño que te hacía y que podría seguir haciéndote.
No te engañes y recuerda que tu cabeza la diriges tú.
Tus compañeros saben que ya no fumas, puesto que ya les avisaste. Pero es posible que alguna persona menos habitual no se haya enterado y te ofrezca un cigarrillo. Ten preparada una respuesta de antemano; ensáyala frente al espejo si quieres: "No gracias, ya no fumo" .
Ya verás cómo es más fácil si te has entrenado.